CISPA se aprueba en la Cámara convirtiéndose en el mayor ataque contra las libertades en la red
Por sorpresa y con un día de antelación, ya que se tenía previsto la votación para este viernes, la Cámara de Representantes aprobó en la tarde de ayer el proyecto de ley CISPA. Con unos votos a favor de 248-168 y a la espera de su paso por el Senado, la regulación es aún peor que la redacción de hace unos días. Finalmente CISPA es un “cheque en blanco” para que el gobierno actúe sobre los datos en la red de cualquier ciudadano en el país.
Y es que hasta hace unas horas el término “ciber-seguridad” era la base de la propuesta. A través del término el gobierno podría pedir e intercambiar los datos privados de los usuarios con empresas y terceros. Los proveedores de Internet y el resto de empresas que operan en la red debían acceder a los datos de cada usuario para luego informar a los organismos gubernamentales o compañías asociadas que lo soliciten. Una vaguedad en los escritos que durante las últimas semanas se debatía sobre sus límites y usos.
Finalmente es mucho peor. La votación sorpresa de ayer siguió el debate sobre las enmiendas, algunas de las cuales fueron aprobadas. La más destacada, la definición de lo que el gobierno puede hacer con la información compartida. No se ha puesto límite alguno ya que se especifica que sería limitar la actuación del gobierno.
Sorprendente que se haya votado una ley con un día de antelación cuyas bases estaban siendo discutidas. No sólo eso, se le añade una serie de peligrosas definiciones.
Anteriormente CISPA permitía al gobierno utilizar la información a través del término “ciber-seguridad” por la “seguridad nacional”. La ley aprobada no sólo no se ha limitado sino que se han añadido tres usos más:
- Investigación y persecución de la delincuencia cibernética.
- Protección de las personas.
- Protección de los niños.
Aunque pueda parecer lógico, el añadido “delincuencia cibernética” es definida en los escritos como cualquier delito que implique interrupción en la red, hacking o piratería además de cualquier violación de la CFAA.
Por lo tanto CISPA pierde el sentido por el que nació, el de la regulación que buscaba “ciber-seguridad”, por una mezcla de lo peor de SOPA con añadidos. Ahora el gobierno sería capaz de buscar cualquier información bajo CISPA sin que ningún ciudadano del país tenga inmunidad completa o protección de la privacidad siempre que se argumente que existe algún “crimen en la ciber-seguridad”.
Con la ley en la mano la Cuarta Enmienda perdería su status en el mapa digital y el gobierno podría hacer lo que quiera con los datos siempre que pueda decir que existe “peligro”.
Con CISPA aprobada se eliminan todas las leyes de privacidad que tengan implicación con la tecnología en la red. Un ataque directo a las libertades de los usuarios en Estados Unidos que ahora tendrá que pasar por el Senado, momento en el que Obama podrá decidir el veto o no.
Si la Patriot Act daba plenos poderes al país sobre cualquier ciudadano en el mundo amparados en el término “terrorismo”, el gobierno de Estados Unidos consigue con CISPA englobar todo lo que acontece en la red. Internet ya tiene “su” ley en Estados Unidos y la última palabra la tiene su presidente.