Minghun, el matrimonio chino con muertos




El minghun es una tradición muy desconocida fuera de China e incluso en el interior de la misma no son muchos los que la conocen. En primer lugar, porque se trata de una tradición con diferentes variantes y ubicada en lugares concretos del país. 

Por otro lado, la progresiva modernización de China ha llevado a la desaparición o a la disminución de muchas tradiciones, algunas de las cuáles claramente discriminatorias según el género, el nivel social, la etnia. La mayoría se han concentrado en Taiwán.

La tradición se basa en la creencia de que un joven muerto sin haber contraído matrimonio no tendrá una vida feliz en la otra vida y su alma no estará nunca en paz. 

En una sociedad como la china donde uno de los objetivos a cumplir en vida es contraer matrimonio y tener hijos, el hecho de que un hijo no se case es sinónimo de su infelicidad. La vida de celibato es considerada una vida incompleta y los padres sufren ante la idea de un hijo desgraciado en la otra vida. 

Por ello, su familia debe hacer todo lo posible para encontrarle una esposa que comparta con él la vida eterna en el más allá. Esta esposa es lo que se conoce popularmente como “novia fantasma”.


Minghun

Hay que destacar que dicha tradición no implica en teoría la muerte de una chica joven, a diferencia de lo que sucedía, por ejemplo, antiguamente en la India con la tradición del sutti, práctica hindú que consistía en inmolar a la viuda junto a su marido en una pira funeraria. 

Al contrario, en el minghun, la “esposa” es una chica soltera también fallecida y unida en matrimonio a su “marido” muerto.

El proceso que conduce al minghun es extremadamente complejo y costoso. Incluye la búsqueda de una “novia fantasma”, la negociación con la familia de esta última para una posible unión, el intercambio de presentes, los preparativos de boda, el desentierro de los dos cuerpos, la ceremonia en sí y el nuevo enterramiento conjunto, lo que asegura la cohabitación de la pareja en la otra vida.

La ceremonia de boda reviste en muchas ocasiones de todos los detalles de una boda normal con música, comida, etc. Asimismo, los dos contrayentes también están presentes aunque dentro de sus ataúdes, colocados uno junto al otro, o en urnas en caso de haber sido incinerados.

Aunque el deseo de una familia que acaba de perder un hijo es llevar a cabo el minghun cuanto antes, en ocasiones este último debe esperar. 

Por ejemplo si el fallecido es muy joven se esperará a la fecha en que hubiera alcanzado la edad suficiente para contraer matrimonio (18-20 años) para llevar a cabo el ritual.

Por otro lado, si en el momento de fallecer no hay una pareja disponible, el hijo es enterrado con una figura que representa a una novia hecha de paja o de tela a la espera de encontrar una de carne y hueso. 

Esta situación se extiende también a las familias pobres ya que el coste total de una “novia fantasma” puede alcanzar varios años de salario de una familia campesina. 

En estos casos, la tradición señala que la mejor fecha es el Qingming, festival que tiene lugar a comienzos de abril y donde se conmemora el recuerdo a los muertos.



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